¿Y si la terapia online sí funcionara?
Beneficios y cómo empezar tu proceso terapéutico desde casa.
En los últimos años hemos visto cómo muchas cosas que antes parecían impensables han cambiado. Reuniones por videollamada, clases a distancia, cumpleaños celebrados en pantalla… y, por supuesto, también la terapia.
Y aunque cada vez más personas han probado este formato, sigue habiendo muchas dudas:
"¿Será lo mismo?"
"¿Podré conectar igual?"
"¿Y si no me siento cómodo hablando por una pantalla?"
Estas preguntas son normales. No todo el mundo ha tenido experiencias positivas con lo digital. Pero quizá lo importante no sea compararlo con la terapia presencial como si fueran enemigos, sino entender qué puede aportar realmente la terapia online.
La cercanía no depende del formato
La terapia no es solo un lugar físico, ni cuatro paredes bien insonorizadas. La terapia es el vínculo, el espacio seguro, la escucha profunda, el trabajo compartido. Y eso, con las condiciones adecuadas, puede darse también en una pantalla.
No es raro que en una primera sesión online alguien me diga:
"Pensaba que iba a ser más frío, pero me he sentido escuchado desde el primer minuto."
Porque lo que importa, más allá del canal, es la calidad del encuentro.
Ventajas reales que a veces no se consideran
Uno de los grandes beneficios de la terapia online es su **accesibilidad**. Puedes conectar desde tu casa, desde tu trabajo en un descanso, o incluso desde otro país si estás viajando o vives fuera. No dependes del tráfico, ni de buscar una consulta cerca, ni de reorganizar todo tu día para desplazarte.
Esto, aunque parezca simple, muchas veces marca la diferencia entre hacer o no hacer terapia. Y para quien vive con ansiedad, malestar emocional o una agenda cargada, quitar barreras es importante.
También hay personas que, al estar en su propio entorno, se sienten más cómodas para abrirse. La familiaridad del espacio les permite conectar más fácilmente con sus emociones o hablar de temas difíciles.
¿Y los inconvenientes?
Claro que existen. Una mala conexión, interrupciones externas o la sensación inicial de distancia pueden estar ahí. Pero la experiencia clínica nos dice que la gran mayoría de estas dificultades se resuelven o se minimizan con el tiempo.
La relación terapéutica, como en cualquier formato, se construye. Y una vez se establece, lo que ocurre en ese espacio es lo esencial.
No se trata de elegir lo “mejor”, sino lo que funciona para ti
No hay un único camino. Hay personas que prefieren la consulta presencial, y otras que han descubierto en la terapia online una forma más cómoda y eficaz de cuidar de sí mismas.
Lo importante no es si es online o presencial, sino si te permite **avanzar, explorar, entenderte, sanar o reconstruir** lo que necesites.
La terapia online no es un parche. No es una versión recortada. Es otra manera de encontrarse.
Y si te da curiosidad pero también dudas, está bien. Puedes probar una sesión, explorar cómo te sientes, y decidir con más claridad desde la experiencia, no desde el miedo.
Porque a veces, lo que más nos sorprende es descubrir que aquello que creíamos impersonal, puede convertirse en un espacio profundamente humano.
¿Necesitas apoyo profesional?
Si te interesa explorar la terapia online o tienes más preguntas, no dudes en contactarme. Estoy aquí para ayudarte a empezar tu proceso terapéutico.
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